¿Cómo percibes las cosas? ¿Te consideras una persona optimista, realista o pesimista?
- mariel.contreras
- 26 may 2019
- 3 Min. de lectura
“Un pesimista ve la dificultad en cada oportunidad; un optimista ve la oportunidad en cada dificultad” - Winston S. Churchill.

El problema no es el problema, el problema es lo que piensas a cerca del problema. La manera en cómo percibimos las cosas define la actitud que vamos a tomar al respecto. Lo que pensamos está conectado con lo que sentimos y lo que hacemos. Por lo tanto, si piensas que todo esta mal y que la vida no tiene sentido, te vas a sentir devastado y no vas a tener ganas ni de salir de la cama. En cambio, si te levantas pensando que va a ser un buen día, te vas a sentir animado y vas a actuar de acuerdo a eso.
La respuesta no es simplemente ver todo de color de rosa y pensar que si tengo pensamientos positivos voy a tener todo lo que quiero y si tengo pensamientos negativos no. Es muy fácil confundir el optimismo con el idealismo y el realismo con el negativismo. Es por eso que a continuación defino las diferentes posturas: optimista, pesimista y realista.
Un persona pesimista, a pesar de tener evidencia de experiencias exitosas, manifiesta continuamente un profundo negativismo hacia sí mismo y su entorno. Las expectativas negativas y poco realistas de estas personas puede causar ansiedad y llevarlos a realizar acciones desesperadas para evitar el fracaso. Esta postura se convierte en una estrategia de autoprotección, ya que sus bajas expectativas al éxito los preparan mentalmente para el fracaso y, si no esperan nada positivo, entonces no pueden decepcionarse.
El optimismo se define como una tendencia general a esperar resultados positivos. Esto facilita a la persona a solucionar los problemas porque se sienten capaces de hacerlo. En un estudio realizado por Seligman et al. (1990), evaluaron a 66 deportistas con una escala de optimismo/pesimismo, después tuvieron que realizar una prueba física en la cual les dieron un feedback negativo sobre el tiempo realizado. Después tenían que volver a hacer la prueba, y encontraron que los que habían puntuado alto en optimismo pudieron igualar e incluso mejorar sus marcas de la primera prueba. Esto da a entender que las expectativas que uno tiene sobre su propia capacidad de obtener buenos resultados influye en poder alcanzar esas metas a pesar de los obstáculos.
Comúnmente la persona optimista tiende a explicar los eventos negativos como transitorios ej. “Es sólo una mala racha, ya va a pasar” y externos a la persona ej. “Así sucedieron las cosas, no fue mi culpa”. Por el contrario el pesimista lo explicaría como algo personal “Sucedió así porque yo no estoy hecho para triunfar”, duraderos ej. “Siempre va a ser igual” y con un efecto global ej. “Esto va a afectar en todas las áreas de mi vida”.
Esto puede ser un arma de doble filo ya que puede darse un cierto tipo de optimismo idealista o ingenuo, que tiene que ver con ignorar los peligros al pensar que no se está corriendo ningún riesgo. Ej. “Eso solo le pasa a los demás, a mí no me va a pasar”. Si la persona continúa bajo esta postura no se va a poder preparar ante alguna eventualidad desfavorable.
Por último, la postura realista tiene que ver con tener los pies en la tierra y no inclinarse hacia un panorama completamente negro o completamente rosa. Al mantenerse en una postura neutra, la persona puede ver las cosas como son, sin tomárselas de forma personal. Puede ver sus cualidades y defectos para poder continuamente mejorar y prepararse para alguna situación estresante.
Lo importante es conocer el poder que tiene nuestra mente y que la manera en la percibimos las situaciones, negativa, positiva o realista, va a dictar nuestros siguientes pasos. Si piensas que nada te puede pasar, entonces la vida te puede agarrar desprevenido(a), si piensas que cosas malas te van a pasar y que no tienes la capacidad de salir adelante, lo más seguro es que te quedes paralizado(a) y si piensas que puedes lograr lo que te propones y trabajas para ello, lo más seguro es que lo consigas. Cada situación siempre va a tener su lado positivo y su lado negativo; de cada decisión que tomamos se gana algo y se pierde algo. Tú decides si te vas a estancar en eso que no tienes, que te falta o que perdiste o si vas a concentrarte en lo que tienes y lo que eres capaz de lograr.
Referencias:
Ortín, F. J., Gosálvez, J., Garcés de los Fayos, E. J., Ortega, E. y Olmedilla, A. (2011). Optimismo y Ejecución en el deporte en situaciones adversas. Replicando a Seligman (1990). Revista de Psicología del Deporte, 20 (2),491-501.



Comentarios